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  1. El disparate del dogma de la Trinidad

    viernes, diciembre 23, 2005

    © Jorge Méndez (*)

    Entre los dislates católicos el más absurdo es, sin lugar a dudas, el dogma irracional de la Santísima Trinidad, en el que se cree que hay "una naturaleza divina en tres personas" (sic); pero al mismo tiempo esas tres personas son una única persona (re-sic).
    Ninguna de esas personas tiene un origen y ninguna es anterior a la otra, ni tampoco dependen la una de las otras; pero la primera persona o Dios padre principió a la segunda o Dios hijo, y ambas produjeron a la tercera o Espíritu Santo.
    Vamos a analizar este dogma:

    1) Decir que un Dios es único y al mismo tiempo son tres personas o un Dios triple es atentar contra el principio de no-contradicción, ya que una cosa no puede ser ella y otra al tiempo. De la misma manera que no podemos decir seriamente que Fulano es Fulano y, al mismo tiempo, Fulano, Mengano y Zutano (requetequete-sic).
    2) Como bien decía Diderot: ¿las tres personas de Trinidad son tres sustancias o accidentes? Posibilidades: si son 3 sustancias, somos politeístas paganos. Si son tres accidentes, somos ateos o escépticos. Entonces les pregunto a los devotos católicos: ¿cuál de las dos alternativas es la correcta?
    3) Es contradictorio afirmar que ninguna de las tres personas es anterior a la otra y, al mismo tiempo, decir que el Padre produjo al Hijo y ambos al Espíritu Santo, ya que para producir o engendrar algo es menester ser anterior a ese algo para poderle darle el ser. De la misma manera que una madre debe ser anterior a su hijo para poder engendrarlo.
    4) Es contrario a la razón decir que la primera persona produce a la segunda y ambas a la tercera y, al mismo tiempo, sostener que ninguna de las tres personas depende de la otra, ya que para engendrar algo ese algo o efecto necesariamente depende de su causa, ya que sin ésta jamás el efecto se produciría.
    Como se ve la creencia en la Trinidad no tiene ni pies ni cabeza y, por si fuera poco, como señala el teólogo católico Hans Küng, este dogma no aparece en la Biblia y Jesús lo ignoraba por completo. Lo más probable es que el dogma trinitario se deba a creencias paganas en trinidades divinas como Isis-Osiris-Horus o Brahma-Vishnú-Shiva.
    También, como señala Diderot, el "logos" platónico, en su triple aspecto (inteligencia, poder y bondad) pudo haber inspirado la creencia en un "verbo" trinitario.

    (*) Reproducido con permiso para Razón Atea.

  2. Herramienta

    jueves, diciembre 22, 2005



    © Fernando G. Toledo

    Viaje obstinado de luz a la Tierra:
    Rota la pausa de los días buscas
    En tu cuerpo visible una señal
    Partícula a partícula ese polvo
    Que flota en la demolición del orbe
    Llena los huecos de tus muebles fríos
    De tu TV encendida hacia qué ojos
    Y de tu propia osamenta arrojada
    Sobre la superficie de un planeta
    Que es también un juguete abandonado
    Sorprendido acomodas las presencias
    Que te rodean a la maquinaria
    De la memoria De a poco el paisaje
    Se recompone y todo se echa a andar
    Viento sin lugar Tijeras que azotan
    El lienzo infinito de cada hora
    Y ese lenguaje En tu boca En las manos
    Para relatar desde el desaliento
    La escandalosa aventura del sol
    Sobre las cabezas Para decir
    Casi sin cesar como una pregunta
    Para pronunciar incompletamente
    La limosna diaria de lo mortal.


    De Secuencia del caos (2004, inédito)

    Actualización: Secuencia del caos fue editado por Ediciones Culturales de Mendoza, como parte del Primer Premio que recibió en el Certamen Vendimia de ese año.

  3. Tribunales dan revés a quienes rechazan la teoría de la evolución

    Harrisburg (EEUU), 20 dic (EFE).- Un juez federal estadounidense prohibió hoy que se mencione la hipótesis del "diseño inteligente" para explicar el comienzo de la vida en las clases de biología de las escuelas públicas de Pensilvania.
    En EEUU se conoce como "diseño inteligente" a una teoría que asegura que el mundo no es resultado de la evolución, como sostenía Charles Darwin, sino que es demasiado complejo para ser fruto de la casualidad y se debe a una "inteligencia superior".
    Quienes defienden esta teoría, muchos de ellos cristianos evangelistas, reclaman que se enseñe en las escuelas como alternativa a las ideas de Darwin -que consideran una amenaza a sus creencias religiosas-, algo que ya se ha comenzado a hacer en algunos distritos escolares.
    Los defensores de la teoría de la evolución, por su lado, sostienen que los partidarios del "diseño inteligente" lo que hacen es atribuir la creación del mundo a un Dios -la "inteligencia superior"- y, por tanto, la enseñanza de esta teoría equivaldría a enseñar religión en las escuelas públicas, algo prohibido por ley.
    En uno de los casos más prominentes en EEUU sobre la validez de la teoría de la evolución, John Jones, un juez de un tribunal de Pensilvania, adjudicó hoy una victoria en esta controversia a los evolucionistas.
    En su fallo, el juez dictaminó que la Junta Escolar del distrito de Dover violó la Constitución de EEUU cuando ordenó que se incluyera la enseñanza del "diseño inteligente" en las lecciones de biología.
    La Junta Escolar de Dover aprobó en octubre de 2004 la inclusión del "diseño inteligente" en los cursos de sus escuelas públicas. Todos los miembros de la Junta que votaron en las elecciones de noviembre pasado a favor de esa medida, perdieron sus cargos.
    "Los miembros de la Junta que votaron a favor del diseño inteligente dieron un servicio deficiente a los ciudadanos de Dover", indicó Jones en su fallo.
    "Es irónico que varios de estos individuos, que exhiben de manera tan abierta y orgullosa sus convicciones religiosas en público, recurrieran a la mentira una y otra vez para cubrir sus intenciones y el propósito real de la política del diseño inteligente", añadió el magistrado.

    Ver también Victoria para el fundamentalismo, fracaso para la ciencia, Sin noticias de Ratzinger y Crítica a un teórico del creacionismo.

  4. Asimov y la ética de los ateos

    sábado, diciembre 10, 2005

    Fragmento de una entrevista de Free Inquiry a Isaac Asimov, en la primavera de 1982.

    -¿Cree que uno puede vivir de forma moral y con sentido, siendo justo y noble, sin creer en un dios?
    I.A.-Bueno, igual sin que con una creencia en un dios. No pienso que la gente que crea sea automáticamente noble, ni tampoco que sean automáticamente malos. Tampoco pienso que los que no creen sean automáticamente una u otra cosa. Pienso que cada ser humano elige, y francamente pienso que acaso, si no crees en un dios, esto te da mayor responsabilidad, en el sentido de que debes vivir con tus propios sentimientos éticos. Pero si crees en ese dios, también crees en el perdón. Yo no tengo a nadie que me perdone.
    -Ninguna salida de emergencia...
    I.A.- Exacto. Si hago algo mal, tengo que afrontarlo yo, y quizá no pueda encontrar la forma de perdonarme. Pero si crees en una religión, suelen haber rituales para expresar el arrepentimiento y lograr el perdón, etc. Así que me parece que esa gente puede sentirse libre de 'pecar' para luego arrepentirse. Yo no. Mi forma de vida permite el arrepentimiento, pero no contempla el pecado.
    - Por supuesto, muchos humanistas dicen que, si la ética está basada en el temor o en el amor de un dios, y en sus castigos y recompensas, entonces uno no es realmente una persona ética, pues la ética debe ser genuinamente nacida de la persona.
    I.A.- Anteriormente he hablado de la "doctrina Reagan". Al principio de su desastroso gobierno, Reagan dijo que no se podía creer nada de lo que dijeran los soviéticos, porque no creen en Dios. Mi punto de vista es que, si bien puedes no creer algunas cosas de los sóviets, no es por ese motivo. Si eres alguien ético solo por tu creencia en dios, entonces es que estás reservando tu pase para el cielo, o bien tratando de que no se te dé un pase al infierno. En cualquier caso, eres un oportunista voraz, nada más. La idea del ser ético consiste en que se es ético para que el mundo marche tranquilo. Pienso que la gente que dice que la virtud es su mejor recompensa, o la honestidad la mejor póliza, están en lo cierto.
    -¿Sugiere usted que la moral es autónoma, y que se aprende en la vida, y que no se necesita un soporte religioso independiente para ser moral?
    I.A.-Sí. Si un grupo de personas vive en una comunidad donde existe mucha mentira y robo, no es un lugar muy agradable para vivir. Pero si cada uno es verídico, honesto y respetuoso con sus vecinos, entonces la vida podrá ser buena. No hace falta ir más allá.
    -¿Existe un valor que ha sido para usted el más importante, un principio moral?
    I.A.-Soy escrupulosamente honrado, en cuanto a las finanzas, pero jamás he tenido realmente una tentación seria de ser de otro modo. Mire, me gustaría una tentación para demostarme que realmente soy escrupulosamente honrado.
    -¡Esperaba que me dijera que está entregado a la verdad y al conocimiento!
    I.A.-Estar entregado a eso, me parece que es algo bastante natural. ¿Cómo podría cualquiera hacer otra cosa? No me otorgo méritos por eso. No comprendo cómo se podría dejarse tentar en otra dirección, y ni siquiera lo considero una virtud. Es como decir que respirar es una virtud. Pero si pienso en la verdad, me sorprendo de esas pequeñas mentiras sociales que decimos por conveniencia, como cuando decimos que tenemos otra cita cuando no queremos ver a alguien. Yo no tengo muchas ocasiones para hacer eso, pero creo que estoy tan expuesto a ello como cualquiera. Puedo llamar a alguien y decirle 'Oye, que se me olvidó llamarte ayer', pero no es lo 'correcto' y tengo que decir que estaba ocupado todo el día.
    -Eso no son grandes dilemas morales. ¿Alguna vez ha estado a prueba su moralildad? Es usted una persona de mucho coraje, y puede que sea suficientemente adulto como para no preocuparse.
    I.A.-Lo mejor es no tener eses preocupaciones. Supongo que si la gente quisiera hacer un gran problema de mi ateismo, eso podría reflejarse en las ventas de mis libros y afectar mi seguridad económica. Pero pienso ¡qué cojones! Tengo suficiente determinación en mí para impedirme dudar de mis sentimientos, opiniones o puntos de vista por unos cuantos dólares.
    -¿Está pues armado de coraje en sus convicciones?
    I.A.-Supongo que sí. ¡Pero podría ser un deseo de evitar el disgusto de la vergüenza! Desgraciadamente, mucha gente define el mal, no según lo que hace una persona, sino según qué creencias tiene. De esta forma, un ateo que vive correctamente, digamos, a pesar de eso es un malvado. De hecho, un creyente puede sostener que un ateo que vive correctamente es mucho peor que un ateo asesino o ladrón.
    -¿Se debe a que el ateo carece de fe en dios, y eso es considerado como el pecado máximo?
    I.A.-Sí. El ateo que es un asesino o un ladrón da un mal ejemplo del ateísmo y persuade a los otros del ateísmo. Pero un ateo noble y sincero, eso teme el creyente, provoca que la gente dude de la existencia de dios por el simple hecho de que una persona, sin creer en dios, puede ser noble y sincera. Eso lo pueden creer los religiosos, pero yo lo considero una horrible perversión del pensamiento y de la moralidad

    La entrevista completa en La Gran Inversión.

  5. Ir a misa es perjudicial para la salud (2)

    miércoles, diciembre 07, 2005

    Muere mujer que rezaba en templo argentino al caerle un vitral

    Buenos Aires, 7 dic (EFE)- Una mujer murió y otra resultó herida de gravedad al caerles encima un vitral de cuatro metros cuadrados cuando oraban de la catedral de la ciudad de Catamarca, a 1.121 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, informaron fuentes médicas.
    El vitral y su respectivo soporte de hierro se desprendieron del techo del templo en momentos en que decenas de fieles rezaban cerca del altar.
    Portavoces del hospital al que fueron trasladadas las devotas de la Virgen Nuestra Señora del Valle de Catamarca identificaron a la fallecida como Cecilia Andrada, de 50 años, y precisaron que murió a causa de un "profundo corte en la cabeza".
    La otra mujer, cuya identidad no ha sido difundida, está "en grave estado y con pronóstico reservado" debido a una importante hemorragia cerebral que obligará a los médicos a intervenirla quirúrgicamente, añadieron las fuentes.

    Ver también: Ir a misa es perjudicial para la salud

  6. El mal demuestra que Dios no existe

    jueves, diciembre 01, 2005



    (Según el orden geométrico)



    © Fernando G. Toledo
    Para Epicuro, que me dio la excusa. Para Baruch Spinoza, que me dio la forma. Para J. Méndez, que me mostró el mapa

    Definiciones

    1. Por Dios se entiende al ser único, divino, infinito, eterno, perfecto, omnipotente, omnisciente, y bondadoso, dotado de infinitos atributos, de modo que la falta de alguno de ellos o su disminución o su contradicción derive en que no pueda ser considerado Dios.
    2. Dios creador se llama al ser del que, por tener todos los atributos divinos, surge todo lo dado a su creación.
    Explicación: Si se considera creador a un relojero, se sigue que su reloj tenga previsto dar la hora, porque eso le fue dado, mas si atrasa, ese atraso no fue dado por su creador. Pero eso sucede porque el relojero no es Dios, quien es perfecto y creador, por ende dador de absolutamente todo lo de su creación.
    3. Por bien, conjunto de cosas buenas, entiendo no sólo lo contrario al mal, sino todo lo que se supone perfecto, o tendiente a lo perfecto porque genera un beneficio útil, y esto sería reflejo de Dios.
    4. Por mal, conjunto de cosas malas, entiendo a aquello que necesariamente se opone al bien, de manera relativa o absoluta, y que implica un daño moral o físico, en cualquier grado, a uno o más individuos, sin importar su justificación o su fuente, o sea aquel perjuicio que en algún término de comparación pueda considerarse que afecta el bien de alguien.
    Explicación 1: Digo “en algún término de comparación” porque es evidente que lo mismo que puede considerarse mal en un sentido puede entenderse por bien en el otro, como acaece usualmente en las guerras, donde el bien del victorioso es el mal del derrotado. Pero si la muerte de una de las víctimas de la guerra es además precedida por insufribles dolores, y si esa misma afección, de sufrirla el individuo que antes la ha dado, puede ser considerada análoga, entonces ése es un mal.
    Explicación 2: También pueden darse manifestaciones del mal sin necesidad de una inversión de roles. El dolor provocado por una enfermedad también es mal si es que esa enfermedad podría darse sin dolor, y porque ese dolor no es beneficio necesario para nadie.
    5. Finito es aquello real que, o bien se interrumpe, o bien cambia a algo diferente porque es limitado por algo de su misma naturaleza.
    6. Por existente entiendo aquello real que no admite términos que lo nieguen como tal.
    Explicación: Un ser vivo existe como tal sólo si no está muerto. Un cuerpo completamente blanco existe si no tiene absolutamente nada negro, pues si no, o no es enteramente blanco, o no existe.
    7. Por material (o real) entiendo lo que es fundamento de lo existente, está codeterminado por sus partes exteriores y corresponde a diversos géneros, algunos de los cuales “conforman” el mundo..
    8. Por ideal entenderemos a aquella representación abstracta que se da en el pensamiento de un ser finito, que remite a la vez a algo material o no, pero de cuya idea (o pensamiento) no se da necesariamente su existencia ni su no existencia, aun aplicándose las explicaciones anteriores.
    Explicación: La idea misma, por definición, no se da nunca desconectada de otras materialidades.
    9. Por libertad entiendo la capacidad de elegir, sin coacción exterior a quien decide, por una o más opciones.

    Axiomas

    1. La infinitud debe ser un atributo de Dios.
    2. La infinita bondad debe ser un atributo de Dios.
    3. La eternidad debe ser un atributo de Dios.
    4. La omnipotencia debe ser un atributo de Dios.
    5. La perfección debe ser un atributo de Dios.
    6. Si algo es algo, no puede ser su contrario al mismo tiempo.
    7. El bien se manifiesta en el mundo.
    8. El mal se manifiesta en el mundo.
    9. El mundo y el hombre, si son considerados creaciones de un ser perfecto, deben estar determinados por lo dado de parte de su creador.


    Proposición 1
    [A partir de Epicuro] Dios quiso eliminar el mal y no pudo. Entonces Dios no es omnipotente.
    Demostración: El mal se manifiesta en el mundo (por ax/8). Como vemos (por d/4) que el mal es evidente, su manifestación muestra que Dios no puede eliminarlo, lo cual niega (por ax/6) su omnipotencia. Entonces Dios no existe (d/6).

    Proposición 2
    [A partir de Epicuro] Dios pudo eliminar el mal y no quiso. Entonces Dios no es bondadoso.
    Demostración: Si (por ax/4) pudo pero no quiso, entonces (por d/5) es malvado, ya que (ax/2) no querer eliminar el mal contradice su infinita bondad (d/1). Así, si Dios no es bondadoso (por ax/6) no es Dios, de lo que se sigue que no existe.
    Corolario
    Aceptar la infinita bondad de Dios admite que no sólo pueda hacer Dios un bien, sino que lo quiera hacer. Por lo mismo, si no quiere y lo puede, no existe. Al no ser Dios bondadoso no es Dios (por ax/6), así, Dios no existe.

    Proposición 3
    [A partir de Epicuro] Dios no pudo eliminar el mal y tampoco quiso. Entonces Dios no es ni bondadoso ni omnipotente.
    Demostración: Es evidente (por ax/2) que la bondad de Dios haría que quisiera eliminar el mal, o evitarlo, y en ese caso, debió haber podido (ax/4). Si no ha querido o no ha podido (por d/1), Dios no existe.

    Proposición 4
    [A partir de Epicuro] Dios pudo eliminar el mal y quiso, y aun así hay mal. Entonces Dios no existe.
    Demostración: El mal del mundo (ax/8) es contrario a Dios (d/3). Dios (por ax/4) podría eliminarlo y querría hacerlo (por ax/2). Un mundo creado por Dios (por d/2) no debería poseer mal a menos que se lo consienta. Un mundo con mal contradice a Dios y por consiguiente (ax/5), Dios no existe.
    Corolario 1
    La manifestación del mal y la existencia de Dios son opuestas (por ax/6). Sabemos que el bien se manifiesta (por ax/7) pero que el mal también (por ax/8), así que el que no puede existir es Dios.
    Corolario 2
    Por definición (d/1), si Dios es infinitamente bueno no veríamos en sus criaturas (d/2) el dolor, la aflicción, así como en el mundo no veríamos otras manifestaciones del mal (accidentes con pérdidas absurdas de vidas, tragedias naturales, etc.). Esto demuestra, entonces, que la bondad de Dios está interrumpida. Así, hay mal, y Dios no existe (por d/6 y ax/6).
    Escolio 1
    Una opción es que el mal no provenga de Dios y sí del hombre (por d/3). El hombre es libre, así que puede elegir hacer tanto el mal como el bien (por d/9). Pero igualmente, esto significaría que Dios, cuya bondad (por ax/3) está desde siempre, permite que aparezca el mal, y así la responsabilidad sería de Dios.
    Escolio 2
    Además, vale recordar que el mundo y el hombre serían creados por Dios (d/2), así que el mal no puede provenir de otra cosa que de Él (ax/9) ni aparecer en un momento anterior o posterior a Él, ya que es infinito (ax/1) y eterno (ax/3), con lo cual el mal sólo puede surgir de Dios. Entonces pues debemos aceptar (ax/6) que Dios no existe.

    Apéndice
    [a] Así como el mal (conjunto de cosas malas), al manifestarse, demuestra que el Dios infinito, omnipotente, bondadoso y perfecto no puede existir, ya que si deja de tener alguno de esos atributos no es Dios (por d/6).
    [b] Descartados los atributos definidos para Dios, hay una sola analogía posible, y ésta es equiparar a Dios con el universo (panteísmo) o el origen del Universo (cosmología). Pero la analogía no es exacta, pues el Universo no es consciente, ni está demostrado que sea infinito o que sea bondadoso (sino indiferente), etc., atributos necesarios (por d/1 y d/2) para que sea un Dios. Si quitáramos esos atributos, sería lo mismo llamarlo Dios o llamarlo universo. Por ende, lo que entendemos por Dios no puede cumplir con todos sus atributos y por eso (ax/6) no queda más que concluir que Dios no existe.

  7. No apta para menores

    martes, noviembre 29, 2005

    “Ahora se suele criticar a la televisión por transmitir tanta violencia, cuando más cruel ha sido la Biblia: en sus páginas se come a niños, se llama a matar a los enemigos, se queman casas, se sacan los ojos a los hombres. Los dueños de la televisión moderna no han inventado nada nuevo”

    Ryszard Kapuscinski
    periodista y escritor polaco

  8. Descubrir la mentira

    jueves, noviembre 17, 2005

    © Fernando G. Toledo

    Distinguir una moneda falsa de una genuina puede ser más o menos difícil. A veces, sólo basta con el contexto. Por ejemplo: si tenemos dos cajas bien identificadas, una con monedas verdaderas y otra con las que no lo son, nos resultará sencillo elegir tal o cual. Evitémonos por ahora el proceso que nos hizo llegar a la discriminación y posterior separación de las monedas: mientras vayamos a la caja azul, sacaremos una moneda real. Si metemos la mano en la roja, en cambio, lo que saldrá será algo muy distinto: parecerá la verdadera pero, sabemos, nunca lo será.
    El problema es si alguien nos cambia una moneda de lugar. Si por alguna razón, por descuido o incluso por mala intención, nos cae una moneda falsa en la caja azul, podríamos llevarnos un fiasco: iríamos a pagar y el vendedor nos diría “¿es que quiere estafarme?”. Estaría en lo cierto, pero es que el estafado habría sido uno mismo también. Nos lamentaríamos entonces, y diríamos: “no basta con confiar en el contexto, a veces hay que examinar bien el objeto para saber si es verdadero o falso”.
    Discovery Channel es una señal de televisión por cable (o satelital) que llega a muchos hogares del mundo. Varios de los que están leyendo esto, de seguro, habrán pasado algunas horas de su vida siguiendo algunos de sus excelentes programas: vida de animales, repasos históricos, aventuras en la selva, avances de la ciencia. Hasta una divertida “caza de mitos”. Socia de la BBC de Londres, Discovery es una empresa que agrupa también otras señales con su marca (de turismo, de salud) y que arrastra el suficiente prestigio como para que sus emisiones sean consideradas confiables por la mayor parte de la teleaudiencia.
    El problema de confiar en el contexto puede hacernos pasar un mal rato con Discovery también. Eso, al menos, si nos atenemos a uno de los programas que el canal emite usualmente, y que, por el hecho de que otros de sus shows son de gran calidad y rigor científico, nos puede engañar soberanamente.
    Misterios se llama el programa en cuestión. Lo que se supone busca es contar hechos que la ciencia “no ha podido explicar”, y que tienen que ver -perdón por la palabra- con “lo paranormal”. Percepción extrasensorial, posesiones demoníacas, exorcismos: todo cabe en el show. Producido por la empresa New Dominion Pictures, Misterios tiene dramatizaciones de notable virtud cinematográfica e investigaciones de nula calidad. Veamos un caso paradigmático, el de la emisión (en la Argentina) del 29 de agosto de 2005, llamada Apariciones en Connecticut (*): según nos cuentan allí, la familia Parker, residente en Connecticut, debió acudir a “especialistas demonólogos” porque su casa y uno de los hijos estaban poseídos. Así sin más, con ese único enunciado, pasaron a mostrarnos a los Warren, una pareja anciana que visitó la casa de los Parker y confirmó el temor: el demonio, personificado en un espantoso ente que había “anidado” en el sótano de la casa, iba a dar pelea y había que realizar un exorcismo con urgencia. Los Warren dieron un diagnóstico “preciso”: “La posesión consta de cinco pasos: primero la invasión, cuando el ente elige la casa; la infestación, que es cuando se aísla el objetivo; la opresión, cuando el inviduo poseído empieza a ponerse violento; la posesión misma, cuando la víctima ya pierde el control; y el quinto y definitivo paso: la muerte”.
    Por supuesto, cada palabra, cada escenificación (se mostraba al chico “poseído”, al enigmático matrimonio, al supuesto “ente”) eran acompañadas con una música tétrica y una voz en off circunspecta. Un momento álgido de la narración llegaba cuando el matrimonio Warren ponía el toque de tensión: había que hacer un exorcismo, pero tenía que ser “oficial” y, por ende, “autorizado por la Iglesia Católica”. Allí entraba a tallar un sociólogo que ratificaba toda la historia, y para hacerlo apelaba a “lo que dicen las creencias”, con lo cual daba por evacuada toda duda. La cosa seguía con el arribo al lugar del padre Frank (“quien debe ser muy escéptico y descartar perturbaciones psicológicas y engaños antes de aceptar que es satanismo”, aseguraba curiosamente el sociólogo). El cura, como es de esperar, concedía que la casa estaba tomada por un ente, y entonces, por fin, el padre Richard, el verdadero exorcista, llegaba a la casa, rezaba un par de avemarías, presenciaba levitaciones, temblores muebles e inmuebles, derretimientos de una estatua virginal y, de pronto, el ser maligno era expulsado. El milagro, decía el capítulo de Misterios, había sido filmado aunque por alguna extraña causa, jamás develada, esa filmación no se mostraba. Por si eso no fuera ya de por sí sospechoso, los testimonios de los “verdaderos protagonistas” de la historia de terror tenían lo suyo. Los verdaderos Parker hablaban, pero en penumbras, para que no se les viera la cara. ¿Por qué no iban a querer contar a rostro descubierto su historia si era tan maravillosa y con un final feliz?
    Vale decir que, a la hora de otorgar méritos, el director del capítulo merecía su crédito. Llevaba la historia con pulso firme, ponía tensión, drama y tomas ingeniosas. Los actores no se quedaban atrás y jugaban su papel con convicción.
    Ahora bien, ¿en qué se parece Misterios a la mayor parte de la programación de Discovery Channel?: sólo en que sale por la misma señal. Y eso es lo grave. La moneda falsa está confundida con las verdaderas, y el riesgo es evidente: el televidente desprevenido puede creer que Misterios tiene el mismo grado de rigor científico que la toma anterior de la cópula de los felinos, el comportamiento de la iguana, el descubrimiento de un planetoide u otro de los temas que horas antes han sido puestos en pantalla.
    A Misterios le falta lo que de Discovery damos por supuesto: el escrutinio crítico. Y por eso no es confiable. A menos que consideremos confiables las pruebas que nos presenta, meros testimonios utilizados acríticamente, sin su correspondiente confrontamiento con pruebas o al menos explicaciones alternativas que denoten cuán “misterioso” e insasible el tema tratado. “El mal está enlazado con el bien. El exorcismo es uno de los últimos dominios verdaderos del misterio”, asegura a la sazón, en Apariciones en Connecticut, el sociólogo que antes había jugado a ser escéptico.
    Quizá poco importe buscar qué había detrás de la historia de los Parker. Ante semejante cuento, acaso primero habría que saber si algo de tal historia sucedió. Pero suponiendo que sí, también tendríamos que asegurarnos qué pruebas demostrables se registraron, además de tener la certeza de que quienes dijeron vivirla no tenían algún problema mental, o si no fueron víctimas de alguna alucinación o de sugestiones agravadas por la extrema credulidad (el sociólogo mencionado decía en su turno suspicaz que “hay fe en los exorcizados de que se van a curar, así que es probable que se curen por eso mismo”).
    Lo que sí cuenta, es que Discovery pierde su mentada seriedad al mostranos estos casos “explicados” por la pseudociencia (incluso, pseudociencia barata). Dilapidada la confianza -algo de culpa habremos tenido también- perderemos un poco el respeto cada vez que la sintonía encaje en este canal, y será justo. Tendremos que estar atentos: si la mentira nos viene de un mentiroso, es probable que no la creamos. Si nos llega de alguien que creíamos honesto, quizá nos haga pasar el río con botas y nos coman los cocodrilos. En cualquiera de los dos casos, la mentira nunca podrá ser una verdad.

    (*) Otro de los capítulos de Misterios se titula Apariciones en Georgia. En la red, pueden verse reacciones opuestas de varios televidentes ante estos programas en el contexto de este canal.

  9. © F. G. T.

    En la otra vereda de la condescendencia irresponsable que pregona Discovery Channel, una señal que comparte el mismo espectro como es National Geographic Channel (la versión televisiva de la gran revista mensual), enfoca su lente en casos “paranormales”, pero no para avalarlos livianamente, sino para refutarlos. Revelaciones, que sale por la señal de “Nat Geo” los miércoles, también sabe “venderse”: presenta con un halo de “misterio” casos al parecer inexplicados, pero los somete a investigaciones científicas o de simple escepticismo, de modo que un caso de apariciones o abducciones puede estar inducido por problemas mentales del testigo, las manchas sugerentes en el piso de la casa pueden deberse sólo a humedad o algún aclamado milagro ser un mito sostenido por la tradición. Para el telespectador, cierto es que una apuesta como la de “Nat Geo” seguro es más respetable que la estupidez avalada por la “apertura de mente” de un programa como Misterios -u otro de Discovery: Más allá de la ciencia-, cuando no de un canal como Infinito, cuyo único afán es conseguir audiencia, aunque el precio a pagar (ya que tanto va a ganar) sea estafarla.
    Es importante decir que en noviembre de 2005, Discovery ha estrenado una nueva producción, llamada Factor desconocido, en la que se bucea con supuesto escepticismo en algunas supersticiones, sobre todo las apariciones fantasmales. En el primer capítulo (jueves 3 de noviembre), se vio pasar por la pantalla al increíble presentador Pedro Amorós (ver la bitácora El Retorno de los Charlatanes) y, al mismo tiempo, al investigador inglés Vic Tandy, quien descubrió cómo las frecuencias bajas de sonido producen alucinaciones. Pero Factor desconocido, que podría eximir a Discovery de culpas anteriores, no puede cumplir con lo que se propone. Otra vez, cabe la comparación con National Geographic. En Revelaciones, una pregunta ejemplar (a la manera de la navaja de Ockham), cierra siempre cada episodio: “Si podemos encontrar explicaciones naturales, ¿por qué buscarlas fuera de este mundo?”. La contrapartida del primer episodio de Factor desconocido, en cambio, es esta frase vergonzosa (a la inversa de la navaja de Ockham): “Los investigadores no se han puesto de acuerdo, así que los fantasmas, hasta que haya una nueva explicación (sic), seguirán conviviendo con nosotros (re-sic)”.

    (*) El título de este artículo recuerda una sugerencia que hacía Carl Sagan en su libro El mundo y sus demonios, acerca de un programa de TV que explicara racionalmente lo que parecía sobrenatural. La existencia de un show como Revelaciones seguro lo habría reconfortado.

  10. Crítica a un teórico del creacionismo

    lunes, noviembre 14, 2005

    © Jorge Méndez (*)

    [A propósito de la determinación tomada por el Consejo de Educación de Kansas, donde se enseñará la teoría creacionista como alternativa a la evolución, el autor analiza los postulados de uno de los autores claves del diseño inteligente: Michael Behe].

    Michael Behe, en su Caja negra de Darwin, dice que no niega la evolución de las especies, pero pretende que ciertas estructuras bioquímicas son complejas irreductiblemente y esa complejidad, imposible de conseguir con la evolución, que sería un mecanismo al azar, es prueba de la existencia de lo que él llama "el diseñador inteligente consciente" (o Dios, para ser más precisos), ya que sólo él pudo haberlas "diseñado". Ahora bien, ¿en qué consiste la complejidad irreductible? Se dice que una estructura es compleja irreductiblemente si sus partes están íntimamente relacionadas entre sí, y, si falta una pieza, todo el sistema se viene abajo o deja de funcionar. Según Behe, es imposible que las partes de un sistema complejo hayan estado separadas del sistema del que forman parte. Esto, porque sólo funcionan como componentes de un mecanismo funcional, y es imposible que un sistema complejo que sólo funciona con cierto número de pasos químicos haya evolucionado de una sola vez de un sistema con menos partes o que desempeñara funciones distintas de las actuales, ya que no sería funcional y si no es útil, luego la selección natural lo eliminaría y jamás hubiera aparecido. Pero como existen, no queda más remedio que decir que no son fruto de la evolución, sino que de un milagroso diseñador que habría planificado de antemano estas estructuras para permitir la vida. Ejemplos de estas estructuras serían: el mecanismo bioquímico de la coagulación sanguínea, las reacciones bioquímicas del flagelo de las bacterias, etc.

    Refutación
    1) Hace mucho que se sabe que sistemas complejos pueden evolucionar de sistemas más simples que tengan menos partes, y que hayan desempeñado funciones limitadas u otras funciones distintas de las actuales. En el ejemplo del flagelo de la bacteria, Behe ignora que hay cilios o flagelos en otros microorganismos que, a pesar de tener menos partes que el flagelo de la bacteria, funcionan aunque con una gama más limitada de funciones que el flagelo bacteriano. Si las partes del mecanismo bioquímico del flagelo de la bacteria no pueden existir separadas de éste, ¿cómo se explica que la estructura de ese flagelo se encuentre en un organelo de la yersinia pestis? ¿Cómo se explica que, para remate, no sea usado para locomoción sino como dispositivo para inyectar toxinas? ¿Cómo se explica que algunas proteínas que llevan a cabo reacciones bioquímicas en los túbulos del flagelo bacteriano puedan funcionar separadas de éste desempeñando otras funciones?
    En el ejemplo del mecanismo bioquímico de coagulación de la sangre, se sabe que sus proteínas son el resultado de la modificación evolutiva de las proteínas que desempeñaron funciones distintas de las actuales en. el sistema digestivo ¿No se suponía que es imposible que ese mecanismo surgiera por modificaciones evolutivas de otro que desempeñara funciones distintas?

    2) Behe, con su pretensión de que estos sistemas tuvieron que aparecer forzosamente de una sola vez, y que es imposible que surgieran por la evolución (ya que eso implica un cambio al azar solamente), ignora la teoría de la evolución, ya que según los evolucionistas las modificaciones evolutivas son graduales y necesitan un gran espacio de tiempo para realizarse, no aparecen de una sola vez. Y si bien las mutaciones genéticas son al azar, no lo es la selección natural, que permite propagar los cambios evolutivos que den ventajas reproductoras en función del ambiente, lo que hace que este mecanismo sea causal y que combinado con las mutaciones al azar engendre orden. Es increíble que Behe ignore los principios evolucionistas como la selección natural, que es la lógica de esa teoría, y el principio de preadaptación, que es conocido desde los días de Darwin, ya que este principio explica cosas tan banales como la preadaptación de los huesos de un cuadrúpedo terrestre que se convirtieron en aletas de una ballena; o que las aletas cortas y duras de un cierto pez con saco aéreo estaban preadaptadas para ser las patas de un futuro anfibio; etc.
    Lo mismo, mutatis mutandis, ocurre con las estructuras bioquímicas con partes preadaptadas para evolucionar en otras estructuras más complejas. Si Behe no entiende o no conoce bien la evolución, ¿cómo se atreve a criticar aquello de lo que no tiene ni idea?

    3) En las argumentaciones de Behe vemos varias falacias, he aquí algunas de ellas:
    a- Falacia de bifurcación: "o bien el azar creó la maravilla del flagelo celular o fue un diseñador inteligente. Es imposible que fuera el azar, luego..." (se le olvida la tercera opción de la evolución o combinación de azar y selección natural, o sea, el orden).
    b- Falacia de razonamiento en círculo: "la existencia de la complejidad de las estructuras bioquímicas sólo puede ser explicada por la hipótesis de un diseñador inteligente. Y sabemos que la hipótesis del diseñador es cierta... por la existencia de la complejidad de las estructuras bioquímicas" (se le olvida que la verdad de una hipótesis se obtiene por predicciones de nuevos hechos que hayan sido verificadas).
    c- Falacia del argumento de la ignorancia: "no hay pruebas de que la evolución haya formado los mecanismos subcelulares, luego eso es una prueba de que la evolución no existe a nivel subcelular" (la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia). "No puede demostrarse que un diseñador no diseñara los complejos mecanismos bioquímicos, luego el diseñador los hizo".
    d- Falacia non sequitur: "no me cabe en la cabeza cómo la evolución formó el flagelo celular, luego la evolución no lo hizo y tuvo que ser Dios". "Como todavía no comprendemos ciertos detalles en los procesos subcelulares, luego jamás los comprenderemos y sólo Dios pudo haberlos diseñado".
    e- Falacia de inconsistencia lógica: "la evolución no pudo formar los sistemas subcelulares complejos; pero, eso sí, sí pudo formar los sistemas celulares, organismos, especies y ecosistemas más complejos aún" (aunque parezca increíble, eso piensa Behe).

    4) El diseño inteligente de Behe no es ciencia, sino pseudociencia, ya que viola sistemáticamente los siguientes criterios científicos:
    a- Falsabilidad: el diseño inteligente de Behe no es falsable, ya que no adelanta ninguna posible observación que pudiera refutar a su hipótesis. Luego es irrefutable: pseudociencia.
    b- Capacidad predictiva: no predice ningún hecho nuevo o inesperado que de confirmarse pueda verificar su hipótesis.
    c- Parsimonia de niveles: apela a niveles metafísicos, como el diseñador inteligente, que son innecesarios cuando basta con los niveles de realidad más próximos y verificables.
    d- Consistencia externa: el diseño inteligente es un creacionismo mal disimulado que no tiene compatibilidad con ninguna ciencia contigua, a diferencia de la evolución que es compatible con la geología evolucionista, la evolución estelar, etc.
    e- Confirmación empírica: carece de evidencias empíricas que le permitan competir con la teoría de la evolución y sus pruebas bioquímicas, genéticas, embriológicas, paleontológicas, etc.
    f- Consistencia meta-científica: viola el postulado de la legalidad (todo obedece a leyes empíricas) y el postulado de Lucrecio ("nada sale de la nada"), ya que el diseñador inteligente, supuestamente, no obedece a ley alguna y de la nada hizo el mundo (sic); etc.

    (*) Reproducido con permiso para Razón Atea.

  11. Sin noticias de Ratzinger

    viernes, noviembre 11, 2005

    © Javier Sampedro (*)

    El físico Lawrence Krauss seguía ayer (30 de agosto de 2005) sin noticias de Ratzinger. Les recuerdo en dos frases de qué va el tema. A Krauss se le ocurrió contraponer la cerrazón de los creacionistas norteamericanos con una supuesta tolerancia evolucionista del Vaticano, y ni habían pasado dos semanas cuando el influyente cardenal de Viena, Christoph Schönborn, le respondió que de eso nada, que Roma ni acepta ni puede aceptar una evolución basada en los ciegos azares de la selección natural. Krauss y otros dos científicos escribieron en julio al Papa pidiéndole que desautorizara a Schönborn, toda vez que el cardenal se había cargado directamente la teoría de Darwin, y justo cuando el presidente Bush preparaba su aparatosa declaración de apoyo a la enseñanza del creacionismo. Pero ya ven, no parece que el Papa se haya desgañitado para conseguir plaza en el primer vuelo a Viena y someter a Schönborn a público escarnio para reconciliarse con los científicos. Tal vez haya una rectificación más adelante, hacia el siglo XXV.
    La cuestión evolutiva no es un simple capítulo más de las tensiones históricas entre ciencia y religión. El filósofo Daniel Dennett, que ha terciado estos días en el debate (www.edge.org), se maravilla de que los movimientos religiosos la tengan tomada con el darwinismo, cuando seguramente podrían recabar muchos más apoyos populares contra la mecánica cuántica o la teoría de la relatividad. La razón, seguramente, es que ninguna religión se siente atacada por la mecánica cuántica ni por la teoría de la relatividad. Recuerden que fue un cura quien propuso el Big Bang, y que Pío XII aplaudió la teoría como la confirmación científica del Génesis. Hasta Roma acepta la ciencia cuando le viene bien. Lo que nos fuerza a la conclusión de que Darwin le viene fatal. O eso cree Roma.
    La demonización cristiana del darwinismo tiene más de manía histórica que de argumento teológico. Cuando embarcó como naturalista en el H. M. S. Beagle, Darwin se sabía de memoria la Teología natural del reverendo William Paley, un libro que demostraba la existencia de Dios mediante los evidentes signos de diseño que muestran los seres vivos. Y El origen de las especies puede leerse como una refutación meticulosa y obsesiva del libro de Paley "hasta en el estilo de los argumentos, la elección de los ejemplos, los ritmos y las palabras", según ha documentado el evolucionista Stephen Jay Gould. La selección natural es una teoría para fabricar diseños sin necesidad de diseñador: una teoría hecha a medida para pulverizar los argumentos del reverendo, uno por uno y sin compasión. Paley no fue una víctima colateral de la evolución. Darwin fue a por él y lo corneó. Por eso no le perdonan.
    Porque, por lo demás, mal se puede sostener que el darwinismo sea una amenaza mayor para el cristianismo que la incertidumbre de Heisenberg, que le prohíbe a Dios saber dónde están las partículas que acaba de crear, o los universos paralelos, donde un alma puede ser pura o pecadora según en qué universo mire uno.
    El director del Proyecto Genoma, Francis Collins, que está preparando un libro para explicar los detalles de su fe cristiana, declaraba hace una semana en The New York Times: "Las similitudes de los genes humanos con los de otros mamíferos, gusanos y hasta bacterias son impresionantes. Si Darwin hubiera tratado de imaginar una forma de probar su teoría, no podría haber encontrado nada mejor, salvo una máquina del tiempo. Pedir a alguien que rechace todo eso para probar lo mucho que ama a Dios... ¡Qué horrible elección!".
    A mí no me parece tan horrible, la verdad. ¿Qué clase de Dios es el que dota de ojos a sus criaturas para luego pedirles que no los usen?

    (*) Publicado el 31/8/2005 en El País de Madrid

  12. © Yolanda Monge

    WASHINGTON-El Consejo de Educación de Kansas ha aprobado una propuesta que permitirá enseñar en los institutos la teoría del diseño inteligente (la nueva etiqueta del creacionismo) como una explicación científica de la vida. La propuesta fue aprobada el martes por seis votos a favor y cuatro en contra, lo que significa que a partir de ahora se enseñará en las aulas que existen "dudas razonables" sobre la teoría de la evolución formulada por Darwin en el siglo XIX. La decisión del Estado de Kansas es una victoria para la derecha religiosa más recalcitrante. El diseño inteligente, defendido por el presidente de EE UU, George W. Bush, no es más que la nueva envoltura con la que los fundamentalistas cristianos presentan la vieja tesis del creacionismo bíblico y el rechazo a la teoría de la evolución formulada por Charles Darwin.
    El Consejo de Educación no puede dictar qué se enseña a los alumnos de las escuelas públicas, pero sí puede exigirles ciertos conocimientos a la hora de pasar los exámenes estatales.
    "Es una gran victoria para los alumnos de Kansas que les va a aportar una visión completa para debatir sobre el darwinismo impuesto por los científicos", opinó Casey Luskin, del Instituto Discovery, el principal lobby norteamericano a favor de la teoría del "diseño inteligente", citado por France Presse.
    Por su parte, Jack Krebs, profesor y presidente de la asociación Ciudadanos de Kansas por la Ciencia, se manifestó "consternado", y señaló: "No cabe ninguna duda de que quieren dotar a la ciencia de explicaciones sobrenaturales".
    Los defensores del diseño inteligente celebraron su victoria y la consideraron el triunfo de "la libertad de expresión". Los oponentes denunciaron el resultado como una "política mezquina" y un "fracaso para la ciencia".
    A los estudiantes de los institutos de Kansas se les podrá decir que la vida en la Tierra es demasiado compleja para ser explicada por la evolución darwiniana, un proceso basado en la adaptación a las cambiantes condiciones locales, y que funciona sin necesidad de una mano conductora. Los ataques a Darwin se presentan como "críticas científicas", pero sus promotores buscan demostrar que debe existir un "diseñador inteligente" detrás del proceso evolutivo. Darwin no desaparecerá de las aulas, pero tendrá que convivir con sus alternativas religiosas.
    Otros cuatro Estados (Minesota, Nuevo México, Ohio y Pensilvania) ya habían aprobado la enseñanza de análisis críticos de la evolución, pero sólo en términos generales. Kansas va más allá al especificar puntos concretos que, según los nuevos creacionistas, revelan la debilidad de la teoría de Darwin. El presidente Bush entró en la polémica el verano pasado al asegurar que "ambas teorías" deberían ser enseñadas.
    "Este es un gran día para la educación. El diseño inteligente enseña mucho más sobre la ciencia", dijo Steve Abrams, el presidente republicano del Consejo de Educación de Kansas. Los miembros del Consejo que votaron en contra acusan a Abrams y sus colegas de introducir la religión en los colegios públicos a través de una ficción de la ciencia. En su opinión, la decisión será mala para la educación y mala para la fama -ya dañada- del Estado de Kansas. "Es un día muy triste, no sólo para los alumnos de Kansas, si no para Kansas en sí", aseguró en The New York Times Janet Waugh, uno de los miembros del Consejo que votó en contra. "Nos hemos convertido no sólo en el hazmerreír de la nación, si no del mundo entero".
    El diseño inteligente "no aporta ninguna explicación natural que pueda ser sometida a prueba", dijo el genetista Francisco Ayala. "Es un insulto a la ciencia, a la educación y a la Constitución".

    Publicado el 10/11/2005 en El País de Madrid
    Ver también el artículo ¿Dónde ponemos a la religión?

  13. Rosa Mística, o la ausencia de razón

    martes, noviembre 01, 2005

    © Fernando G. Toledo

    En la pantalla de televisión, la imagen era clara: sobre el trozo de madera, con forma de rostro humano, de virgen, de "María Rosa Mística", rodaban dos surcos de un agua espesa. Oportuna, como si supiera que la estaban filmando, la estatua rodeada de miles de fieles que -como cada 27 de cada mes- acudían a venerarla, ofrecía un gesto a modo de prueba para expresar el "milagro". "Milagro", por otra parte, ratificado por la voz del locutor ("la virgen está llorando"), de los encargados de administrar el lugar ("la virgen ha dado un mensaje") y por algún diario del día siguiente ("la Rosa Mística lloró").
    En la provincia argentina Mendoza, en un distritro llamado El Algarrobal, la veneración por esta modesta efigie ha revolucionado a los ligeros creyentes del lugar y ha puesto a prueba el rigor de los medios masivos de comunicación. Como era de esperar, en general la revolución de fieles ha concluido en multitudes agolpadas en torno al "fenómeno" y los medios, por su parte, no siempre han pasado el examen.
    La construcción de dicho "fenómeno" es más bien típico, aunque vale la pena relatar su origen. A un hombre, Manuel Yanzón -de origen humilde y con problemas de salud por un grave accidente de larga data- se le ocurrió decir que había recibido un mensaje de la Virgen de marras y que su figura debía ser reverenciada. El asunto tuvo algunos ingredientes: que supuestamente Yanzón "vio descender a la Virgen María junto a Cristo", que recibía y transcribía (¡!) los mensajes de la Rosa Mística, que acaecían manifestaciones sobrenaturales (un halo de luz, proliferación de una sustancia brillante en el ambiente, etc.) y, muy interesante, que la oficialidad de la religión católica repudiaba el interés que la imagen despertaba.
    En beneficio de la festividad, cada día 27 ("aniversario" de la "manifestación" en Yanzón) los creyentes comenzaron a visitar el lugar, cada vez en mayor número. El negocio estaba en marcha: se construyó un "santuario" acorde con la popularidad, se dispusieron puestos de venta de consumos diversos (vinchas, banderas, comida, estampitas) y hasta se organizaron tours para visitar y presenciar el "milagro". Entre los visitantes de la virgen había, por supuesto, de todo un poco. Desde los curiosos hasta los convencidos. Desde los enfermos, que preferían dejar de visitar al médico para requerir la sanación milagrosa de la Rosa, hasta los sanos que rogaban por la mantención de su salud. Por supuesto, los testimonios también eran diversos. Algunos, habían "sentido" la presencia de la Virgen, habían apreciado un "notable aroma a rosas" en el ambiente (atribuido a cierta magia y no a la proliferación de flores y de perfume en el lugar). Más aun: cuando se colocó una cruz en el predio, ésta, dijeron, "sudaba" una sustancia pegajosa, "escarchillaba" milagrosamente. Sí: esa misma cruz tal vez recién barnizada -como sugirió una periodista local- tenía una "extraña" pegajosidad. Por ello, los más fervientes declaraban estar frente a la mismísima santa, mientras que los más incrédulos no dejaban de afirmar ambiguamente que "algo se ve, algo se siente".
    El Arzobispado local, en tanto, se sentía incómodo y, por las dudas, había negociado con Yanzón el silencio de éste, para evitar peligrosas competencias de fe. Ante esa tirantez entre el culto oficial y ordenado y el popular y multitudinario, las opiniones se dividían y los creyentes oficialistas abogaban por la vuelta a los templos, mientras que los rosamísticos advertían que "no se puede ir contra lo que la gente cree".
    Por todo ello lo de aquel 27 de mayo de 2005 fue particular: justo ese día y justo ante las cámaras, se decidió que la imagen de la Virgen lloraría. Más allá del artilugio (las explicaciones pudieron ser infinitas y perfectamente realistas antes que la del "milagro" que declamó, por caso, el conductor del programa que transmitió el "llanto" en vivo), curiosas fueron algunas declaraciones. Una de ellas confirmaba la excusa de las "lágrimas": la Virgen "está triste y llora por la ausencia de los sacerdotes en este día", dijo una "vocera" de la Rosa Mística y de Yanzón. Es decir, esa imagen elegía manifestarse no por el dolor de tantos enfermos que tenía ante sí, no por la violencia y la guerra del mundo actual, no por la pobreza reinante: sólo porque no todos le rendían culto. Y más: decidía hacer un "milagro" y en lugar de, entonces, curar el cáncer de los enfermos, acabar con las guerras y la violencia, dar un corte a la pobreza, apenas se esforzaba porque surgiera agua de un trozo de madera.
    Durante los meses previos, los dos diarios más importantes de la provincia, informaron confusamente sobre el asunto. Los Andes, el más antiguo de los dos matutinos, dio a veces por ciertas las manifestaciones mágicas a Yanzón y por verdad los fenómenos que la gente consideraba reales y no meras sugestiones. Diario Uno, el otro periódico, en general (no siempre) fue más cauto y describió el caso sin afirmar su veracidad. Excepto por el día de las "lágrimas", cuando se invirtieron los roles: Uno habló del "milagro que todos presenciaron", de las "lágrimas" y del "llanto", mientras que Los Andes dijo que "la gente creyó ver lo que parecían lágrimas" y que el público "atribuyó todo a un milagro".
    La cosa había llegado tan lejos que el Arzobispado amenazó con una visita al lugar, que hasta el momento, supuestamente, no había pisado, y llamó a sus fieles que sentaran cabeza y escucharan el suyo, el verdadero mensaje. Dieciocho días más tarde, se decidió a rechazar de modo oficial la certeza de los milagros y de la validez de la Rosa Mística como imagen venerable, curiosamente con argumentos que pueden, todavía, usarse para rechazar la certeza de sus propias creencias todas y la validez del cristianismo (y cualquier religión) como verdad universal.
    Si, por un momento, algún insolente testigo de este embrollo tiene la ocurrencia de preguntarse en qué instancia de tal fenómeno entró a jugar la razón, la respuesta sería muy sencilla: en ningún momento.
    Sabido es que en todo creyente radica una enorme cuota de irracionalidad -casi por definición, ya que si sus certezas se basan en la fe, no son certezas, pues-. Sabido es que los impostores florecen en los más áridos territorios, y que cuando escasean los impostores, abundan los delirantes, aquellos que no se preguntan cuánto de lo que creen ver u oír proviene de su enrevesado cerebro y cuánto verdaderamente ocurre fuera de él. Sabido es que la Iglesia Católica hace esfuerzos diarios por mantener su canon, porque éste garantiza la rentabilidad de su negocio, con casa central en el Vaticano. Sabido es que los medios masivos adolecen de rigor. ¿Era extraño, entonces, que la razón faltase y una ficción como la de la Rosa Mística se representara en escenarios verdaderos? ¿Que fuera incluso transmitida por TV era extraño? De ningún modo.
    Resulta que, de haber no primado, pero al menos haberse inmiscuido una pizca de razón en todo este episodio, las conclusiones y los hechos habrían acontecido de otro modo. Si Yanzón, en el principio de la cadena, se encontraba con un individuo razonable que escuchara su testimonio, éste podría haberlo hecho reflexionar con preguntas similares a "¿cómo estás seguro de que te habló la Virgen y no fue sólo tu imaginación?"; "¿cuán rápido dicta como para que puedas transcribir sus mensajes?"; "¿por qué la Virgen supuestamente te exige que la glorifiques y no, a cambio, te ofrece algún beneficio para la humanidad?". Un individuo razonable podría haberle propuesto, incluso, un desafío: "si es realmente la Virgen, un ser maravilloso, superior, si da mensajes sobre el futuro, ¿por qué no le sugieres que te dé un dato acerca de cómo curar el sida, el cáncer, el Alzheimer?". "¿Por qué no le consultas acerca de qué esta hecha la misteriosa materia oscura del universo?" podría haber propuesto un interlocutor todavía más sagaz.
    Si la razón hubiera primado y Yanzón, ya instalado y con su Rosa Mística en pie, brindaba un "milagro" como el "llanto" de su estatua, ¿por qué nadie le solicitaba tomar muestras de las "lágrimas" o inspeccionar la madera de que estaba hecha? Quizá había cera o aceite sobre el rostro de la efigie, y por pura casualidad -no vaya a creerse que esto era intencional- ésta se derritió y confundió a todos. Tal vez se probaba que no eran lágrimas y no había milagro. Aunque si Yanzón y todos los fieles estaban seguros de que lo era, ¿qué daño habría ocasionado una pequeña revisión científica seria? De paso, los medios evitaban la confusión y no pasaban papelones. Era un examen que los periodistas que cubrían el hecho, los diarios, las radios y los canales de televisión podrían haber solicitado: en definitiva, su obligación es informar al público sobre hechos concretos y comprobados, no sobre meras suposiciones. Si la confirmación del milagro se daba, ya que estamos, qué gran noticia para desplegar, a página completa, al día siguiente.
    Si la razón se hubiera presentado, hace mucho tiempo y con la fuerza que sabemos tiene, ya no habría dioses más que en las ficciones. Y las ficciones serían más bellas, acaso. Con la razón presente las religiones habrían desaparecido, porque quién daría crédito a la fe, quién daría dinero a los que comercian con lo irracional, quién olvidaría que en nombre de la fe se ha asesinado, se ha inquirido, se ha saludado regímenes genocidas, se ha mentido y se ha engañado. Pero la razón de que la razón no se haya presentado es que ésta no es un ente que va a ser provisto por la casualidad: como tal la razón no existe. Sólo existen los hombres que razonan. Y, por lo visto, a diferencia de los religiosos, de los impostores, de los delirantes, de los inexactos, los hombres razonables no abundan, no crecen en terreno estéril. Hay escasez de hombres razonables. Encontrar alguno hoy, podría decirse, es casi un "milagro".

    Fuentes: Diario Uno, diario Los Andes, Canal 7 de Mendoza, Canal 9 de Mendoza, testimonios particulares.

  14. * "Los milagros han ocurrido. Muchas enfermedades terminales se han curado por nuestras oraciones" (Manuel Yanzón).
    * "La Virgen está triste y llora por la ausencia de sacerdotes este día (.). Creemos que la Rosa Mística siente un profundo dolor" (Adriana Mecchia, "vocera" de Yanzón).
    * "No existen razones suficientes para reconocer como auténticas las presuntas manifestaciones sobrenaturales como visiones o audiciones de la Santísima Virgen o de nuestro Señor Jesucristo vinculadas a María Rosa Mística" (Arzobispado de Mendoza).
    * "La Iglesia no suele considerar esto (los "fenómenos") como garantía de un hecho sobrenatural. No tienen necesariamente un origen divino" (Arzobispado, no hablando de la fe cristiana en general como podría creerse, sino de la Rosa Mística).

    Fuentes: Diario Uno, diario Los Andes.

  15. Novecento clown

    lunes, octubre 24, 2005

    © Patricia Rodón

    Con goya y marilyn y jagger
    sentada en el disco de oro que fue con el voyager
    con mi vestido de nailon y los labios rojos
    El mediodía es un sol pintado en un cuadro
    La tierra gira sobre sí misma y fabrica tiempo
    mientras el cielo se come nuestros órganos
    Soy apenas una célula una especie un algo una conciencia
    kepler dibuja el universo
    la mujer mide la noche con su cuerpo
    y dante se aburre en el paraíso porque dios ha muerto
    En los cementerios no hay nadie
    y las estrellas pasean en muestra mente
    con su pájaro y su prisma sin propósito útil
    Los supergenerales inventan superenemigos
    la religión es un eslogan como en las cruzadas
    los presidentes le dan cuerda a la bomba
    y se practica la tercera guerra mundial
    Entonces las grandes manchas rojas
    que navegan en miró y en el cielo de júpiter
    atraviesan corriendo nuestros sueños
    Los mutilados ven tevé
    se sientan ante sus pequeños ídolos sintéticos
    la sangre sale de sus cabezas
    como de una canilla mal cerrada
    y va inundando las casas las calles los barrios
    las escuelas los diarios los hospitales
    y los bancos están llenos de sangre
    los supermercados están llenos de sangre
    las oficinas están llenas de sangre
    Inmutables los telescopios
    miran a 10 a la 14 años luz para ver el big-bang
    batman llena los cines maradona los estadios
    john lennon llora en su caja de vidrio
    disney espera el futuro para descongelarse
    y el papa le reza al hidrógeno frío.

    En Tango Rock (1998, Mendoza, Argentina)

  16. Para asegurarme de que mi blasfemia ha sido expresada completamente, por este medio afirmo mi opinión de que la noción de Dios es una superstición básica, que no hay evidencia de la existencia de ningún dios o dioses, que los demonios, diablos, ángeles y santos son mitos, que no hay vida después de la muerte, ni cielo ni infierno, que el Papa es un dinosaurio peligroso, fanático y medieval, y que el Espíritu Santo es un personaje caricaturesco merecedor de risa y de ridículo. Acuso al dios cristiano de asesinato por permitir que ocurriera el Holocausto, por no mencionar la ‘limpieza étnica’ que está siendo llevada a cabo por cristianos en nuestro mundo, y condeno y vilifico a esta deidad mítica por alentar el prejuicio racial y comandar la degradación de la mujer.

    James Randi
    (desafiando las leyes contra la blasfemia en varios estados de los EEUU)


  17. Acerca del supuesto "Código de la Biblia"

    miércoles, octubre 12, 2005

    Los medios gráficos han propalado en estos días una noticia sorprendente: el premio Nobel de Economía Robert Aumann tiene algo que decir con respecto a la Biblia. Por lo que se ve, o bien quiere hacer honor al nombre de la teoría que le valió el galardón sueco (Teoría del Juego) o como lector de la Biblia es buen economista...
    El artículo es el siguiente:

    Robert Aumann, economista y matemático que junto a Thomas Schelling fue premiado con el último Premio Nobel de Economía, es un defensor de los estudios que afirman que la Biblia contiene un código secreto en el que se refleja el futuro de la humanidad.
    De acuerdo con lo señalado por Michael Drosnin en su libro El nuevo código secreto de la Biblia, Aumann analizó las investigaciones que otro matemático, Eliyahu Rips (*), realizara sobre las relaciones de los caracteres utilizados para la redacción del Viejo Testamento.
    "El código de la Biblia -dijo tajante Aumann- es un hecho. El planteamiento científico es impecable y los resultados de Rips son altamente significativos, de un modo inusual en el mundo de la ciencia. He leído sus trabajos con atención; los resultados son claros y están perfectamente desarrollados", transcribió Drosnin luego de entrevistarse con el flamante Nobel de Economía.
    Drosnin precisó que el 19 de marzo de 1996, Aumann comunicó a la Academia de Ciencias de Israel que "El código de la Biblia es un hecho demostrado".
    A pesar de haber trascendido en el ámbito académico por su aporte al desarrollo de la teoría de los juegos –como otro Nobel, John Nash– los textos de Aumann también son material de consulta en sitios de Internet poco frecuentes para personalidades de su formación.
    Así, su opinión sobre el código secreto de la Biblia figura en sitios de religión, esoterismo y hasta de una red ufológica (que estudia la supuesta existencia de OVNIs).


    Pues bien, ¿qué se puede decir del Código de la Biblia?. Víctor S. Stenger, en la página de la Asociación para el Avance del Pensamiento Crítico, lo ha explicado así: se supone que Michael Drosnin fue capaz de predecir el asesinato del Primer Ministro Israelí Yitzak Rabin y el año en que ocurriría. También se dice que Drosnin y otros autores han encontrado gran cantidad de predicciones codificadas en la Biblia (**). Pero... expertos en estadística han mostrado que el método de "secuencia-a-saltos" usado produce un montón de correlaciones aparentes por azar. Efectos similares de concordancia han sido mostrados en otros libros extensos como Moby Dick (Herman Mellville) y Guerra y Paz (Leon Tolstoi). La predicción de Drosnin sobre el asesinato de Rabin fue muy vaga y poco arriesgada, dada la situación de violencia en Oriente Medio. Además, no fue publicada hasta ocurrido el hecho y Drosnin admite que la predicción de la fecha fue hecha durante el luto por Rabin.

    (*) y (**) Drosnin, Michael. 1997. The Bible Code. New York: Simon and Schuster (El Código Secreto de la Biblia. Colección Documento. Planeta). Drosnin reproduce en este libro el ya legendario artículo Witztum, D., E. Rips and Y. Rosenberg, "On Equidistant Letter Sequences in the Book of Genesis," Statistical Science, 9 (1994), 429-438 (http://cs.anu.edu.au/~bdm/dilugim/Nations/WRR2/index.html). Al menos uno de los autores del artículo (Rips) se ha desmarcado públicamente del libro de Drosnin (http://www.thei.aust.com/torah/coderips.html). Brendan McKay ridiculiza los métodos de predicción encontrando las predicciones de la muerte de la Princesa Diana y del propio Drosnin en la novela Moby Dick (http://cs.anu.edu.au/people/bdm/dilugim/diana.html y http://cs.anu.edu.au/people/bdm/dilugim/drosnin.html)

  18. © Andrew Stouppe (*)

    Hay algunas cosas que siempre me han hecho poner los ojos en blanco cuando aparece el tema del "Código de la Biblia".
    ¿Con qué autoridad en la información llegamos a la conclusión de que vale siquiera la pena buscar mensajes codificados en algún texto sagrado? ¿Quién dijo que siquiera estaba allí para que la buscáramos? ¿Dios? Si asumimos que existe un Dios, de lo cual no tenemos evidencia, ¿por qué nos daría un manual bastante explícito sobre la vida y después se tomaría el trabajo de ocultar mensajes en él sin mencionarlo? ¿No son el propósito y la finalidad de la Biblia, el Corán y la Torá ser una guía para que la siga toda la gente de Dios? La finalidad de la codificación es ocultar la información de la gente que, si la poseyera, lo dañaría a uno. ¿Qué cosa podría temer Dios que algún hombre supiera? Si se han codificado mensajes en esos textos, entonces ¿cómo sabemos que estamos interpretándolo correctamente? ¿Dónde está la clave de decodificación? La mayoría de las discusiones sobre códigos que he visto parecen dejar de lado completamente estas cuestiones.
    Como usted y yo ya sabemos, el esfuerzo y la investigación desperdiciada en esta búsqueda no ha producido beneficio alguno para la humanidad. No hemos salvado vidas ni recursos con predicciones exactas obtenidas de esos textos. De hecho, en un programa que vi en cable sobre los Códigos de la Torá, los "expertos" lectores de códigos hicieron afirmaciones que querían decir que intentar ver el futuro con los códigos probablemente haría enojar a Dios. Entonces ¿qué sentido tiene? Si nos dio predicciones exactas del futuro como recompensa por interpretar el código, ¿debemos creer que espera que no lo usemos en nuestro beneficio?
    Esta gente afirma que tienen conocimiento especial de esos textos. La naturaleza de sus alegaciones contradice la intención explícita de esos textos. De hecho los textos prohíben específicamente este tipo de actividad:

    Ezequiel 13:9: Voy a levantar la mano para castigar a los profetas que tienen visiones falsas y cuyas profecías son mentira.

    Ezequiel 22:28: Los profetas ocultan la verdad, como quien blanquea una pared; dicen tener visiones, y anuncias cosas que resultan falsas. Aseguran que hablan en mi nombre, cuando en verdad yo no he hablado.

    Mateo 24:24: Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán grandes señales y milagros, para engañar, a ser posible, hasta a los que Dios mismo ha escogido.

    Además esos textos afirman que están completos. La palabra de Dios es para todos y va a usar tantas palabras como sea necesario para que se entienda su mensaje. Si dios no lo puso allí en blanco y negro para que todos lo vean, entonces no es la palabra de Dios.

    Luqman [31.27]: Y si cada árbol de la Tierra se convirtiera en plumas y el mar en tinta, sumándole siete otros mares más para aumentarlo, las palabras de Alá no terminarían; pues ciertamente Alá es poderoso y sabio.


    Si Dios existe, en verdad no necesita que decodifiquemos mensajes secretos para revelar sus palabras por él. Ha dicho esto él mismo, si tomamos los textos sagrados como su palabra. Si Dios existe entonces debemos quedarnos tranquilos de que él ha revelado todo. Si se nos dice en la Biblia, el Corán y la Torá que esos libros lo abarcan todo entonces debemos confiar en él. Ha afirmado es que su palabra es para todos y se aplica a todos por igual. Claro está que Dios está más allá de las patrañas y los trucos. No los necesita y con frecuencia los señala como un atributo especialmente humano.
    Si Dios no existe entonces esos textos son la obra de los hombres. Los hombres han creado muchos textos alegóricos y simbólicos con significados ocultos. Sin embargo una vez que excluimos a dios y antes de que podamos empezar a ocuparnos de la inutilidad de los "mensajes" o la dificultad de codificar mensajes que puedan ser extraídos de manera confiable de un texto que en sí mismo expresa ideas de forma coherente, primero debemos ocuparnos del tema de la exactitud de las predicciones humanas sobre el futuro...


    Citado por James Randi en su comentario del 24 de setiembre de 2004.

  19. ¿Dónde ponemos a la religión?

    sábado, octubre 01, 2005

    © Fernando G. Toledo

    Hace poco más de un lustro, el biólogo de la Universidad de California Francisco J. Ayala publicó un artículo en pos de la convivencia entre religión y ciencia. La excusa era una defensa a la teoría de la evolución, en un momento clave para tal reivindicación: en 1999, el Consejo de Educación del estado de Kansas (EE.UU.) eliminaba de los planes de estudio la cosmología y la teoría evolutiva.
    Mediante un texto lúcido y transparente, Ayala postuló que la ciencia y la religión podían respetarse mutuamente, ya que los ámbitos de una no se entrometían con los de la otra. Esto porque, decía Ayala, “es una metedura de pata confundir la Biblia con un libro de texto elemental de astronomía, geología o biología”, al tiempo que “la ciencia busca explicaciones materiales para los procesos materiales, pero no tiene nada definitivo que decir acerca de las realidades ajenas a su campo de acción”. El biólogo ponía aun más énfasis en las limitaciones de la ciencia que en las de la religión: “El conocimiento científico no puede contradecir las creencias religiosas, porque la ciencia no tiene nada que decir a favor ni en contra de las realidades religiosas o de los valores religiosos”, afirmaba el texto.
    Es difícil no estar de acuerdo con Ayala. Quizá porque, como bien recordaba el académico, la ciencia no es la única forma de acceso al saber. Pero vale la pena ahondar en la analogía y, al revés de lo que aseguraba este biólogo, sostener que la religión tampoco es un modo fiable de conocimiento. Para muchos (Ayala, por ejemplo, pero también Stephen Jay Gould y su célebre NOMA o el filósofo Paul Kurtz, cada uno a su modo), la religión no debe verse amenazada con el cada vez más sorprendente avance de la ciencia ya que a las creencias todavía les incumbe algo más: las fábulas morales, la capacidad de metaforizar sobre las relaciones humanas, el bálsamo psicológico para las penas de la vida diaria. Es, como puede verse, un resquicio justo para la religión, ya que probablemente ése haya sido su nido original: la consolación ante lo inevitable de la muerte.
    Cierto es que la ciencia no pretende ser otra religión. Aunque en esto cabe sí una certeza: la ciencia, sin quererlo, ha terminado entrometida con la religión porque esta última tiene un afán de contener al mundo todo, con sus creencias y sus saberes incluidos. Nada más que por eso, y a pesar de que la Iglesia Católica (tal como el propio Ayala lo explica citando un largo párrafo de Juan Pablo II) asegura que la Biblia no es científica, la ciencia ha sido y es todavía un problema para los dogmas. Vale la pena repasar las palabras del papa polaco: “La Biblia nos habla de los orígenes del universo y su estructura no a fin de proveernos de un tratado científico, sino de establecer la correcta relación del hombre con Dios y el universo. Las Sagradas Escrituras sólo pretenden declarar que el mundo fue creado por Dios y, para enseñar esta verdad, se expresan en los términos de la cosmología en uso en los tiempos del escritor. El libro sagrado pretende asimismo decir a los hombres que el mundo fue... creado para servicio del hombre y para la gloria de Dios. Cualquier otra enseñanza acerca del origen y la composición del universo es ajena a las intenciones de la Biblia, que no pretende enseñar cómo se hizo el cielo, sino cómo se va al Cielo”.
    Se quiera o no, la religión insiste en obtener su parte de explicación del mundo. El mero hecho de que el líder católico haya asegurado que el hombre fue creado por Dios (y que esto es la “verdad”) o que hay un modo de ir al cielo (y cuanto implica tácitamente) ya entra en conflicto con lo que el hombre ha podido saber mediante las evidencias, no las “revelaciones”. Y eso que evitamos hablar de la Biblia en sí: los exámenes históricos han puesto en duda mucho de lo que en ella se suponía como legítimo (el éxodo judío de Egipto, la seguridad de la existencia de Cristo), mientras que la filosofía ha llamado la atención acerca de la cuestionable moralidad de sus predicados, entre los cuales aparecen la legitimación de la esclavitud o el vergonzozo papel otorgado a la mujer.
    Se quiera o no, la evolución, la genética, la física y la cosmología, cuando no el pensamiento filosófico y el estudio histórico, desdicen a la Biblia, a pesar de que ésta no quiera, según Juan Pablo II, o no pueda decir nada acerca del mundo.
    El abismo insalvable entre la religión y la ciencia es, por si hiciera falta decirlo, el tema de la fe. La religión tiene dogmas y “saberes” cuyo basamento es falaz. Si, como dice Ayala, la religión siguiera un camino similar al de la literatura, cualquier cosa que afirmara tendría un valor sólo metafórico. Pero, ¿está dispuesta la religión a considerar a Dios sólo una metáfora, pero no una verdad? ¿Va a decir algo nuevo con respecto a la alegoría de la virginidad de la Virgen o el simbolismo vacío de los ángeles o la construcción del mito de Jesús? Que lo diga: ¿todo ello es sólo una parábola, una fábula?
    A Ayala le faltó recordar algo: que antes de Copérnico, Galileo, Newton, Einstein, Gamow, Planck, antes de Darwin, antes de Mendel, la religión sí pretendía explicar el universo, la especie y la herencia; pero cuando los descubrimientos de estos científicos fueron dados a conocer, recién allí (a veces no sin sangre) la Iglesia se vio obligada a retirarse del terreno. Se quiera o no, la religión ha sido acorralada por la ciencia aunque ésta no lo haya querido, ya que su tarea no es desdecir a la Biblia sino dar a conocer, en ocasiones por vez primera, el fruto de sus observaciones.
    Debemos terminar arribando, entonces, a la pregunta del título: ¿dónde ponemos a la religión? Pues, si uno se atiene al comportamiento religioso del mundo actual, la primera tentación es decir que su lugar debiera ser la basura. Si quienes ponen a la religión por delante de todo van a salir a matar gente (como los fundamentalistas islámicos) o a discriminar a quienes no comparten sus ideas (como lo ha hecho históricamente la Iglesia Católica y como lo hace hoy con los homosexuales), es comprensible desear que la religión se esfume para aportar a la paz mundial. Sin embargo, hay otra salida: que Dios, que las creencias, que el alma, los dogmas, sean aceptados como bellos cuentos que por un lado explican el deseo humano de conocer el mundo, y por el otro ayudan a imaginarse cuál es el mejor modo de actuar entre los demás, que es el único modo que tenemos de vivir.
    La religión puede asumir hoy lo que es, en esencia: una fábrica de mitos. No es algo de lo cual avergonzarse, si uno recuerda por ejemplo la mitología griega (que, salvando las distancias, explicaba el mundo y daba algunas lecciones morales como hoy lo hacen las religiones). Por su valor literario, por su carácter emotivo y por su tradición, la religión no tiene por qué desaparecer. Aunque deba aceptar que no es imprescindible, tiene así la oportunidad de demostrar que, por fin, puede aportar algo positivo y genuino a la humanidad.

  20. “No es tarea directa de la física, de la astrofísica o de la astronomía establecer conclusiones en cuanto a la verdad o falsedad de los productos de la imaginación teológica. Sin embargo, importantes resultados de las ciencias tenidos ya por irreversibles son constitutivamente ajenos, cuando no incompatibles, con la interpretación religiosa del mundo en cualquiera de sus versiones, pero de un modo muy patente respecto de las creencias teístas, en las que aún vive una extensa parte de la humanidad civilizada. Las ciencias apenas dejan hoy margen factible a la concepción mítico-religiosa de la realidad, como rasgo común de dichas creencias. Estadísticas fiables recientes nos informan que el ateísmo o el agnosticismo explícitos alcanzan actualmente un porcentaje superior al 60% entre los hombres de ciencia, los cuales suelen experimentar una conciencia inequívoca del irresoluble conflicto entre su campo de conocimientos y todo tipo de mentalidad mítico-religiosa. Esta situación predominante de increencia no frena, sin embargo, a los creyentes y sus mentores intelectuales en su tenaz voluntad de intentar aprovechar lo que pueda presentarse a sus ojos como un coyuntural resquicio, en la crónica de los incesantes descubrimientos de las ciencias, que les permita reafirmar su fe heredada, aunque estos intentos se hagan a menudo a costa de denunciar la fiabilidad de la razón, guiada por el seguro método científico, para conocer lo que existe, confundiendo -por lo general, de modo ostensiblemente falaz- la naturaleza indefinidamente progresiva y perfectible del conocimiento del que suministran las ciencias, con una supuesta incapacidad congénita de la razón para explicar satisfactoriamente el mundo real”.

    Gonzalo Puente Ojea
    En El mito del alma (editorial Siglo XXI)

  21. “También pediría que hubiera una separación de la ética y la religión. Los religionistas no tienen competencia especial en formar juicios morales. Digo esto porque se ha hecho un gran esfuerzo en la historia de la ética -de Aristóteles a Spinoza, Kant, John Stuart Mill y John Dewey- en demostrar que la ética puede ser autónoma y que es posible formar juicios éticos basados en un cuestionamiento racional. Existe una lógica de juicios de práctica, reglas de decisiones efectivas y conocimiento ético que podemos desarrollar independientemente de un marco religioso. La ciencia tiene un papel esencial aquí, pues puede expandir los medios a nuestra disposición (tecnología) y puede modificar juicios de valor a la luz de los hechos del caso y sus consecuencias. Mucha gente hoy cree erróneamente que no se puede ser moral sin tener fundamentos religiosos. Desde el Renacimiento, la secularización de la moralidad ha continuado independientemente a los mandamientos religiosos”.

    Paul Kurtz
    En el número 26 de Skeptical Inquirer (2002)

  22. Turangalîla

    viernes, septiembre 23, 2005

    © Fernando G. Toledo

    Ha sucedido. Sucedió. Está sucediendo. Pido reservas, nada de aplausos: he descubierto el Gran Secreto.

    Fue casual, como lo ha sido más de una vez (caso fuego, caso carne cocida). Ya lo sé, he descubierto, cómo se vuelve el tiempo atrás.

    Ha sido fascinante, es cierto. De un día para el otro (no sé cuál a esta altura, después de tantas idas y vueltas), de la noche a la mañana, me vi borboteante de espontaneidades. Por primera vez experimenté el placer de no decidir ante mi próxima acción. Sencillamente lo hice.

    Esto evita dolores de cabeza, emociones violentas, psicopatías de diversa índole: así, con el secreto dilucidado, ya el destino es apenas un manojo de borradores. La cosa quita peso específico a los momentos felices y a las sorpresas, es verdad. Pero creo es preferible eso a las monstruosas incertidumbres. Supongo que me pasa como a todos: odio cometer errores.

    Conseguir el detenimiento y posterior rebobinado del tiempo es un juego de niños. Por lo sencillo y no por lo inocente, se entiende.

    Se principia atiborrando la habitación con hielo. Arriba, abajo y en las cuatro paredes, hielo. El frío hace lo suyo en cuestión de segundos: acorrala a las horas desnudas contra sus plateados miembros, las empapa. Creo que es el miedo quien realiza el grueso de la labor. El tiempo, congelado y detenido, adopta la posición de Estatua del Tiempo.

    Esa es, en realidad, la etapa compleja. A la hora de empezar la vuelta atrás, basta con un solo pensamiento, pensado con convicción y buena gana. Para ser más precisos: se trata de un recuerdo. Hay que cerrar los ojos y poner delante de ellos, como proyectado, el momento en que dejamos de creer en Dios. Y ubicarse justo ahí, cómodamente.

    Basta de secretos: frío y duda, dos elementos contra el Viejo Infalible.

    Y ahora que lo saben, hermanos contemporáneos, pueden ir en paz. A retroceder el tiempo, que se acaba el mundo.


    De Poemas en prosa (1997, inédito)
    “Turangalîla” es una expresión en sánscrito que significa “el juego del tiempo que fluye” (“turanga” en realidad significa “el tiempo que corre como un caballo al galope” o “el tiempo que fluye como la arena en un reloj”; “lîla” significa “juego”, pero en el sentido de “jugar por vida o muerte”).

  23. Fuera, crucifijos

    martes, septiembre 20, 2005

    © Gabriela Valdés

    Después de más de 25 años en que la simbología religiosa católica dominó las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo (Mendoza, Argentina), el martes 13 de setiembre fueron retirados los crucifijos atornillados a los muros (en muchos casos de a dos por sala) y entregados a la Pastoral Universitaria, que pidió hacerse cargo del destino de esos elementos "para darle un culto debido".
    El desenlace llegó luego de la firme postura de un grupo de alumnos de la mesa negociadora, que aprovechó la toma de la facultad para exigir -basándose en el carácter laico de la educación pública y en la Ley contra la Discriminación- "el retiro de todos los símbolos religiosos de la facultad". Los memoriosos aseguran que las cruces en esas aulas están desde principios de los '80.
    De todas formas, los estudiantes que encabezaron el reclamo mencionaron que "una de las cruces más molestas es una que está en el salón de conferencias", que fue instalada por el ex decano Miguel Verstraete en 1992 con motivo del Quinto Centenario de la conquista y ayer permanecía en su sitio. "Es una postura ideológica de la facultad hacia el genocidio de la conquista", se quejan.
    Estos alumnos adelantaron que ahora pelearán por lo que consideran "el histórico dominio de los contenidos de la ideología católica en los programas de estudio y de los profesores que los dan", comentó uno de los integrantes de la mesa a este diario.

    La visión del decano
    Sobre la pelea por la simbología religiosa, el decano Adolfo Cueto (quien se asumió como "un católico no practicante") señaló que "el tema de los símbolos ha sido exagerado por los medios de comunicación" y luego apuntó: "Este caso no está cerrado, porque ahora pueden reclamar los católicos en la justicia para que restituyan esos símbolos y les pueden dar la razón, ya hay antecedentes de eso".
    -Como autoridad, ¿impulsarían una apelación en este sentido?
    -No. Los estudiantes que realizaron la medida exigieron que la facultad institucionalmente no coloque los crucifijos y en eso estamos. Entiendo el reclamo de que no estén las cruces en los lugares públicos y compartidos. Honestamente, si no accedemos a esta instancia uno termina arriesgándose a que los crucifijos sean sacados por la fuerza, destruidos, deteriorados, no se justifica.
    -¿Por qué se mantiene la imagen de la Virgen en el primer piso?
    -Está ahí porque los estudiantes miembros de la Pastoral lo solicitaron, y los estudiantes que reclamaban el retiro entendieron que puede mantenerse ahí.
    -Luego, con ese criterio, si otro grupo religioso planteara un espacio se lo tienen que dar.
    -No necesariamente. La Pastoral es una agrupación religiosa que es mayoritaria en la Argentina. de todas formas (dar un espacio) no es una decisión del decano, sino del Consejo Directivo. Si hay un grupo religioso que presenta su petición el consejo deberá evaluar si lo considera oportuno. La UNCuyo tiende a lo ecuménico.
    -Ahora los alumnos pelearán porque se modifiquen los planes de estudio.
    -Si ellos dicen que los planes tienen un fuerte sesgo católico, que me lo demuestren. Quiero sentarme y discutirlo. Pero que vengan los estudiantes, porque está demostrado que los estudiantes piden su inclusión y luego no vienen. La clave acá está en que dialoguemos.
    Por su parte, Miguel Verstraete, quien fue decano de esa facultad de 1988 al 2002 y a quien alumnos, ex alumnos y profesores le adjudican ser el impulsor de un fuerte sello católico a esa facultad, se negó a dialogar con UNO.

    Publicado en Diario Uno de Mendoza, el 15 de setiembre de 2005.

  24. Los "milagros" de Lourdes

    viernes, septiembre 16, 2005


    © Carl Sagan (*)

    En 1858 se informó de una aparición de la Virgen María en Lourdes, Francia; la Madre de Dios confirmó el dogma de su concepción inmaculada que había sido proclamado por el papa Pío IX sólo cuatro años antes. Algo así como cien millones de personas han ido desde entonces a Lourdes con la esperanza de curarse, muchas de ellas con enfermedades que la medicina de la época no podía vencer. La Iglesia católica romana rechazó la autenticidad de gran cantidad de las curaciones llamadas milagrosas: sólo aceptó sesenta y cinco en casi un siglo y medio (de tumores, tuberculosis, oftalmitis, impétigo, bronquitis, parálisis y otras enfermedades, pero no, por ejemplo, la regeneración de una extremidad o una columna vertebral partida). De las sesenta y cinco curaciones, hay diez mujeres por cada hombre. Las posibilidades de una curación milagrosa en Lourdes, por tanto, son de una en un millón; hay tantas posibilidades aproximadas de curarse después de una visita a Lourdes como de ganar la lotería, o de morir en el accidente de un vuelo regular de avión. Incluso el que va a Lourdes.
    La tasa de remisión espontánea de todos los cánceres, agrupados, se estima entre uno por cada diez mil y uno por cada cien mil. Si sólo el cinco por ciento de los que van a Lourdes fueran a tratarse un cáncer, debería de haber entre cincuenta y quinientas curaciones "milagrosas" sólo de cáncer. Como sólo tres de las sesenta y cinco curaciones atestiguadas son de cáncer, la tasa de remisión espontánea en Lourdes parece ser inferior que si las víctimas se hubieran quedado en casa. Desde luego, si uno se encuentra entre los sesenta y cinco curados, será muy difícil convencerle de que su viaje a Lourdes no fue la causa de remisión de la enfermedad. Post hoc, ergo propter hoc. Algo similar parece ocurrir con los curanderos individuales.
    Después de oír hablar a sus pacientes de supuestas curaciones por la fe, un médico de Minnesota llamado William Nolen pasó un año y medio intentando analizar los casos más asombrosos. ¿Había alguna prueba médica de que la enfermedad estuviera realmente presente antes de la "curación"? Si era así, ¿había desaparecido realmente después de la curación, o era sólo lo que decían el curandero o el paciente? Descubrió muchos casos de fraude, incluyendo la primera revelación de "cirugía psíquica" de América. Pero no encontró ningún ejemplo de curación de ninguna enfermedad orgánica seria (no psicogénica). No había casos de curación, por ejemplo, de cálculos biliares o artritis reumatoide, mucho menos de cáncer o enfermedades cardiovasculares. Cuando se rompe el bazo de un niño, apuntaba Nolen, la recuperación es completa sometiéndole a una sencilla operación quirúrgica. Pero si se lleva el niño a un curandero muere en un día. La conclusión del doctor Nolen: "Cuando los curanderos tratan enfermedades orgánicas graves son responsables de una angustia e infelicidad inauditas. Los curanderos se convierten en asesinos".
    Incluso en un libro reciente que defiende la eficacia de la oración en el tratamiento de la enfermedad (Larry Dossey, Palabras que curan) se plantea la preocupación de que algunas enfermedades se curan o alivian más fácilmente que otras. Si la oración funciona, ¿por qué no puede curar Dios un cáncer o hacer que crezca una extremidad perdida? ¿Por qué tanto sufrimiento evitable que Dios podría impedir fácilmente? ¿Por qué Dios necesita que se le rece? ¿No sabe ya qué curaciones debe realizar? Dossey también empieza con una cita del doctor Stanley Kripner (descrito como "uno de los investigadores más autorizados de la variedad de métodos de curación heterodoxa que se usan en todo el mundo"): "los datos de investigación sobre curaciones a distancia, basadas en la oración, son prometedores, pero demasiado dispersos para permitir sacar una conclusión firme".
    Eso después de muchos billones de oraciones a lo largo de los milenios.


    (*) Fragmento del capítulo "Obsesionado con la realidad", incluido en El mundo y sus demonios (1995).
    Homenaje por los 10 años de la publicación de este libro imprescindible.