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  1. El Papa debería ser procesado

    domingo, abril 18, 2010

    Benedicto XVI.
    Caricatura de Mechaín Doroteo. Visto en
    La Caja Negra.



    © Richard Dawkins
    Publicado en The Guardian, el 13/04/2010
    Traducción de
    Anahí Seri

    ¿Por qué la gente se sorprende cuando Christopher Hitchens y yo hacemos un llamamiento para que se procese al Papa? Hay un asunto del que debe responder.
    La pederastia no es exclusiva de la Iglesia Católica Romana, y Josef Ratzinger no es uno de esos sacerdotes que violaron a monaguillos abusando de una posición de dominio y confianza. Pero como tantas veces, es el subsiguiente encubrimiento, incluso más que los delitos originales, lo que deshonra una institución, y ahí el Papa está en un buen lío.
    El Papa Benedicto XVI es el jefe de la institución en su conjunto, pero no se puede culpar al jefe actual de lo que se hizo antes de que él asumiera el cargo. Salvo que en este caso particular, como arzobispo de Munich y como Cardenal Ratzinger, jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe (lo que antes se llamaba Inquisición), lo mínimo que se puede decir es que hay un asunto del cual debe responder. El último cuerpo del delito es la carta de 1985 facilitado por Associated Press, firmada por el entonces Cardenal Ratzinger, dirigida a la diócesis de Oakland en relación con el caso del Padre Stephen Kiesle.
    Dando palos de ciego de pura desesperación, los portavoces de la Iglesia están ahora echándole la culpa de su grave situación a todo el mundo menos a sí mismos, situación que uno de los portavoces oficiales compara con los peores aspectos del antisemitismo (y yo me digo, ¿cuáles son los mejores aspectos?). Entre los presuntos culpables figuran los medios de comunicación, los judíos e incluso Satanás. La Iglesia se está pertrechando detrás de un río de excusas aparentemente inagotable por haber faltado a su obligación legal y moral de comunicar unos delitos graves a las correspondientes autoridades civiles. Pero es la responsabilidad oficial del Cardenal Ratzinger a la hora de determinar la respuesta de la Iglesia frente a las acusaciones de pederastia, así como su carta en el caso de Kiesle, lo que dejar ver, de forma explícita, la auténtica motivación. Estas son sus palabras literales, traducidas del latín en el informe de AP:

    «Este tribunal, si bien considera muy significativos en este caso los argumentos presentados a favor de la dispensa, no obstante cree necesario tener en cuenta el bien de la Iglesia universal junto con el del demandante, y tampoco es capaz de minimizar el daño que la concesión de la dispensa puede provocar en la comunidad de los fieles de Cristo, sobre todo teniendo en cuenta la temprana edad del demandante».


    «La temprana edad del demandante» se refiere a Kiesle, que entonces tenía 38 años, no a la edad de los chicos a los que ató y violó (11 y 13 años). Queda muy claro que, junto con el guiño a la protección del «joven» sacerdote, la primera preocupación de Ratzinger, y la razón por la cual se negó a apartar del sacerdocio a Kiesle (quien siguió cometiendo delitos), era «el bien de la Iglesia universal».
    Esta costumbre de poner la imagen pública de la Iglesia por encima del bien de los niños que están bajo su protección (y eso es una forma muy suave de expresarlo) se repite una y otra vez en los casos de encubrimiento que están saliendo a la luz en todo el mundo. Y el propio Ratzinger lo expresó con claridad fulminante en esta carta que es un cuerpo del delito.
    En este caso, estaba negando la encarecida petición del obispo local de que se apartara del sacerdocio a Kiesle. Según el reglamento del Vaticano, de estos casos no debía informarse a las autoridades civiles sino a la propia Iglesia. La actual campaña en el sentido de pedir cuentas a la Iglesia es el motivo por el que acaben de cambiar este reglamento, a fecha de 12 de abril de 2010. Más vale tarde que nunca, como habría dicho Galileo en 1979, cuando el Vaticano finalmente se decidió a presentar sus disculpas de manera póstuma.
    Supongamos que el Ministro de educación británico recibiera, de una autoridad municipal de educación, un informe digno de crédito sobre un profesor que ata y viola a sus alumnos. Supongamos que, en lugar de comunicarlo a la policía, simplemente trasladara al delincuente a otro colegio donde éste siguiera violando niños. Eso ya sería gordo. Pero ahora imaginemos que justificase su decisión en términos como éstos:

    «Si bien considero muy significativos en este caso los argumentos presentados a favor del procesamiento, no obstante creo necesario tener en cuenta el bien del Gobierno junto con el del profesor que ha cometido los actos, y tampoco soy capaz de minimizar el daño que el procesamiento puede provocar entre los votantes, sobre todo teniendo en cuenta la temprana edad del demandante».


    En lo que falla la analogía es que no estamos hablando de un cura que ha cometido delitos, sino de muchos miles, en todo el mundo.
    ¿Por qué se permite a la Iglesia que se salga con éstas, cuando cualquier ministro a quien se pillase escribiendo una carta de este tipo tendría que dimitir inmediamente y de forma ignominiosa, y ser a su vez procesado? Un líder religioso como el Papa no debería ser diferente. Esta es la razón por la cual, junto con Christopher Hitchens, apoyo la investigación de Geoffrey Robertson, QC 1 y Mark Stephens. Estos excelentes abogados piensan que, para empezar, hay razones de peso para poner en duda el estatus del Vaticano como estado soberano, basándose en que aquello no fue más que una ocurrencia ad hoc motivada por la política interior italiana bajo Mussolini, y que la ONU nunca le ha concedido un estatus pleno. Si tienen éxito con este argumento inicial, el Papa no podría acogerse a la inmunidad diplomática como jefe de estado, y podría ser detenido al pisar suelo británico.
    ¿Por qué debería alguien sorprenderse, menos aún escandalizarse, cuando Christopher Hitchens y yo abogamos por que se procese al Papa si sigue adelante con su visita prevista al Reino Unido? Lo único extraño de nuestra propuesta es que tuviera que venir de nosotros: ¿dónde han estado los gobiernos del mundo todo este tiempo? ¿Dónde está su fibra moral? ¿Dónde está su compromiso con la justicia universal, la Ley que es igual para todos? El gobierno del Reino Unido, en lugar de ponerse del lado de las víctimas inocentes de la Iglesia Católica, está preparando darle la bienvenida a este hombre grotescamente mancillado en su visita oficial a nuestro país para que pueda «proporcionarnos una guía moral». Léase de nuevo: «proporcionarnos una guía moral».
    Por desgracia debo concluir pasando de los sublime a lo trivial, con una corrección necesaria de un error en otro periódico. El 11 de abril, el Sunday Times puso el siguiente pie de foto en portada: «Richard Dawkins: Arrestaré al Papa Benedicto XVI». Esto trae a la mente, y esa fue sin duda la intención, una imagen ridícula en la que yo agarro al pontífice con unas esposas y lo llevo a rastras. Fue duro, pero finalmente conseguí persuadir a ese periódico de Murdoch de que cambiaran el titular en su edición en línea.
    Dejando de lado los titulares inventados por subeditores ignorantes, nosotros vamos en serio. Debería ser un tribunal, un tribunal civil y no un tribunal eclesiástico encubridor, el que decidiera si el caso contra Ratzinger es tan grave como parece. Si es inocente, démosle la oportunidad de demostrarlo ante los tribunales. Si es culpable, que se enfrente a la justicia. Como cualquier otra persona.

  2. Jesucristo super...dotado

    sábado, abril 17, 2010



    Polémico crucifijo no será sacado de iglesia de Oklahoma pese a controversia


    Washington, 16 abr (EFE).- La máxima autoridad de la iglesia católica de San Carlos Borromeo, en el estado de Oklahoma, anunció que no sacará del templo un polémico crucifijo en el que los músculos abdominales de Jesucristo tienen la apariencia de un pene erecto.
    El controvertido crucifijo de unos tres metros de altura fue colgado frente al altar mayor de la iglesia en febrero y el escándalo ha llevado a muchos fieles a concurrir a otros templos.
    El declaraciones publicadas hoy por el diario The Oklahoman en su página de internet, el reverendo Philip Seeton señaló que el crucifijo fue pintado de acuerdo con ciertas normas específicas de la iconografía y el arte eclesiástico. Añadió que no lo preocupa la controversia y que hasta ahora no existe ningún plan para sacarlo del lugar que ocupa en la iglesia.
    Seeton admitió que como resultado del escándalo algunos fieles han decidido acudir a servicios en otras iglesias de la localidad de Warr Acres.
    “Hay algunas personas que se han ido de la parroquia. Hay otros que, aunque no les ha gustado (el crucifijo) han decidido quedarse”, manifestó.
    Según los críticos del crucifijo, éste muestra un pene que cubre la zona abdominal, pero Setton manifestó que se trata de un Jesucristo que muestra la distensión de sus músculos, no sus genitales. Seeton manifestó que “algunas personas han dicho que lo que ven es un pene, pero también hay otras que dicen no verlo”.
    Monseñor Edward Weisenburger, de la arquidiócesis de Oklahoma City, también manifestó que la Iglesia no tiene problemas con el crucifijo y que no ha recibido quejas por su instalación frente al altar mayor.
    Sin embargo, The Oklahoman aseguró hoy que esta semana recibió quejas de muchos fieles que dijeron estar indignados por lo que calificaron como “una presentación pornográfica” de Jesucristo.
    “El crucifijo es la gota que rebasó el vaso”, manifestó al diario Rita Cook, una de las fieles de la iglesia de San Carlos Borromeo durante más de 25 años en alusión a los recientes escándalos de pederastia que han afectado a sus sacerdotes.
    “Es una vergüenza para nuestro Señor. Una vergüenza para los feligreses... y también creo que avergüenza a nuestros visitantes”, añadió.
    El diario también citó declaraciones de Seannene Smith, quien dijo haber visitado la iglesia este viernes y haberse sentido horrorizada ante el crucifijo.
    “Creo en la libertad de expresión. Creo en la libertad artística. La iglesia es un lugar sagrado... pero me sentí abrumada, sorprendida y si no hubiese estado preparada me habría enfermado”, indicó.
    El crucifijo es obra del artista local Reggie Jaime, quien manifestó que no le preocupa la controversia.
    “No se puede evitar que alguien vea cosas”, señaló en declaraciones publicadas por The Oklahoman.

  3. La militancia de los ateos

    miércoles, abril 07, 2010

    Sobre el Congreso de Ateísmo celebrado en Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina)

    © Mariana Carbajal
    Publicado en Página/12 el 3 de abril de 2010

    «El concepto de Dios es de un gran autoritarismo ideológico», sostuvo Fernando Lozada. Completamente pelado, y con una barba enrulada de varios centímetros que le cuelga desde la punta del mentón, este ingeniero mecánico y artista plástico, de treinta y pocos, parece un monje budista. Pero está claro que no lo es. Dice que milita para eliminar la «superstición» de la educación pública y que no cree en nada «sobrenatural». En su casilla de email todos los días recibe mensajes con insultos, que lo señalan como «demoníaco». Provocador, él se divierte. Ayer, poco después del mediodía, Lozada inauguró en esta ciudad, atiborrada de turistas pascuales, el II Congreso Nacional de Ateísmo, que finaliza mañana.
    «Elegimos la libertad, rechazamos el dogma», es el lema del encuentro. El debate por el derecho al aborto fue uno de los ejes de la primera jornada. «La lucha por el derecho al aborto es una lucha por el control de nuestros propios cuerpos», sostuvo la docente Ruth Zurbrieger, integrante de la colectiva feminista La Revuelta, de Neuquén, en uno de los paneles.
    La empatía que generan las religiones fue otro de los temas de discusión: el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek se encargó de responder la pregunta del millón: ¿Dios existe? «Sí, y está en nuestros cerebros», aseguró, tras mostrar con evidencia científica cómo el comportamiento neuronal favorece el fervor por la práctica religiosa. «El rezo activa áreas dopaminérgicas en el cerebro. Está avalado por estudios de imágenes cerebrales. Se siente placer al rezar. Es un comportamiento adictivo como el consumo de drogas», afirmó. También explicó que hay «casos de epilepsia que generan visiones, alucinaciones», y recordó que en distintas oportunidades estos cuadros «han sido aprovechados por muchas religiones». «En un ataque de epilepsia una persona puede hablar en otro idioma, que alguna vez escuchó. No tiene ningún diablo. No hay que exorcizarla. Simplemente, tiene epilepsia», indicó Golombek.

    Tras los pasos de Fort
    Más de 200 participantes llegados de distintas ciudades donde están floreciendo grupos de ateos colmaron las instalaciones del Teatro Diagonal, en el centro de la ciudad. Curioso: el mismo ámbito que durante el verano llenó Ricardo Fort con su show Fortuna. El teatro es propiedad de una biblioteca fundada por anarquistas españoles que el año próximo cumplirá 100 años. Hasta hace cuatro años lo alquilaban como templo evangélico. «Se fue Ricardo Fort y no quedó ni Dios», bromeaba Lozada ayer. Hace dos años, después del I Congreso que tuvo lugar también en esta ciudad, Lozada fundó la Asociación de Ateos de Mar del Plata. «Que se acostumbren a que existimos los no creyentes», lanzó desde el escenario.
    «¿Está creciendo el movimiento de ateos en el país?», le preguntó luego este diario.
    –No podría afirmarlo. Lo que sí observamos es que nos estamos organizando más. Hay grupos de ateos en Córdoba, La Plata, Rosario, Capital Federal y Mendoza, entre otras ciudades. Lo que nos falta es mayor reconocimiento social, que no seamos vistos como amorales por las personas que practican una religión.
    La encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas, que se hizo desde el Conicet en 2008, dirigida por Fortunato Mallimaci, detectó que hay en el país un 11 por ciento de «indiferentes» a la religión.
    –¿Qué objetivos tienen como ateos militantes?
    –Eliminar los prejuicios sobre los ateos, mostrarnos como sujetos potencialmente valiosos. Lograr la total separación de la Iglesia y el Estado, lograr un Estado laico. Eliminar los íconos religiosos de los lugares públicos y la religión de las escuelas públicas. La difusión de una ética humanista, que lucha por una sociedad más tolerante, más pacífica.
    Lozada abrió el Congreso con una ponencia sobre el ateísmo «adogmático». «Uno tiene que armar su propio sistema racional de creencias, construirlo permanentemente. Si es estático, es dogmático», señaló.
    Hoy está prevista, entre otras actividades, un panel sobre «sexualidad y género» con la participación de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).

    Apóstatas
    La fecha elegida para el encuentro no es casual. Mientras en el país –y en la mayoría del mundo occidental y cristiano– se disfruta de unos días de descanso impuesto por la liturgia católica, los ateos reunidos en esta ciudad prefieren resignificar el feriado. «Son muchísimos los feriados que estamos obligados a compartir», apunta Lozada. El Primer Congreso lo hicieron cerca del 8 de diciembre, Día de la Virgen, también jornada no laborable.
    Entre los concurrentes estuvieron ayer los porteños Andrés Miñones y María Eugenia Bengolea, integrantes de la Campaña de Apostasía Colectiva «No en mi nombre», que hace un año entregó en el Arzobispado de Buenos Aires más de un millar de firmas de católicos que quieren desbautizarse y así dejar de formar parte de la Iglesia. Bengolea hizo el trámite personal de la apostasía. Todavía espera una respuesta. «Queremos mostrar que hay un discurso opositor a la influencia de la Iglesia Católica sobre la vida privada», indicó Bengolea, activista Glttb. Miñones agregó: «Los preceptos morales que esgrime la jerarquía no se practican en la realidad. Se afirma que la Argentina es un país católico pero resulta que las personas católicas se divorcian, usan preservativos, tiene relaciones antes del matrimonio». Y abortan.


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    La página del Congreso fue hackeada. Aquí una captura de pantalla de cómo se ve actualmente:

    Por otra parte, se reportaron agresiones a los organizadores. Ver aquí.